LA PROPIEDAD DE LOS MEDIOS
Los
medios de comunicación dentro del fenómeno de la mundialización y las nuevas
tecnologías ocupan un protagonismo central.
El
mundo del siglo XXI no puede entenderse sin los medios masivos de comunicación,
así como es imposible entender el siglo XX sin la función de las industrias o
el petróleo.
La
realidad aparece a través de las pantallas, las páginas o los parlantes de los
medios, y se convierte en la ―verdadera‖
realidad para la sociedad, porque cuando solo se puede acceder a la copia, la
copia se transforma en el original.
La
realidad mediática es una realidad visible, clara, transparente y simple, a
diferencia de la realidad que rodea a las personas más allá de los medios que
es confusa, contradictoria y compleja.
Por
eso la gente prefiere esa realidad mediática, ya explicada, emocional y
esquemática, que no necesita de un esfuerzo de comprensión. Es una realidad
clonada, armada y pasteurizada, una realidad hipervisible, una hiperrealidad.
Por
esta razón los medios, que asumen la enorme responsabilidad de ―crear‖ la realidad del mundo posmoderno dentro del modelo
económico informacional, son actores protagónicos del sistema, aún más que el
poder político, al que en ocasiones suplantan en sus funciones.
Así
los medios conforman el llamado Poder de la Información, y aliados con el Poder
Económico dictan las formas de la realidad.
Esa
alianza entre Poder Informativo y Poder Económico se evidencia en las fusiones
que dan forma a los megamedios de comunicación de la actualidad, en las que
enormes masas de dinero se vuelcan al sistema informacional.
Los
grandes medios de comunicación se han transformado en corporaciones
multimedias, muchas de ellas de alcance global o regional) a través de la
compra o fusión de radios, televisoras y medios gráficos o incluso por la
absorción de medios de comunicación por parte de grandes conglomerados
económicos muchas veces ajenos a la industria cultural, que buscan en el
negocio de los medios una vía empresaria de obtención de ganancias.
Este
fenómeno de concentración empresarial de los medios de comunicación se basa en
la llamada ―convergencia, fenómeno que explica la búsqueda de las corporaciones
de medios por incluir dentro de su propiedad al sector de la transmisión de
datos (telecomunicación) y al sector de la producción de contenidos, en todas
sus formas. Básicamente se trata de lograr aunar en un solo paquete de emisión
la televisión, la telefonía y la internet, de manera tal de transformar la idea
de multimedio en el concepto de unimedio, un solo medio que aúne en sí mismo
todos los formatos.
La
magnitud de estas megaempresas hace de los medios un PODER central del nuevo
modelo económico, social, político y cultural del siglo XXI.
La
industria del entretenimiento, en la que los medios juegan una función
esencial, se encuentra entre las tres de mayor potencial económico junto a la
de armamentos y la de medicamentos.
Los
medios masivos de comunicación son hoy complejos multimediales que unen la
potencia expresiva y emocional de la televisión con el alcance global de la
Internet, pudiendo de esta manera no solo proveer los canales de comunicación
sino también los contenidos de la Industria Cultural que en ellos se
transporta.
De
este modo el espacio para la conciencia libre y crítica se va reduciendo
peligrosamente ante semejante exposición de poderío económico y capacidad de
ocupar espacios geográficos y tiempo en la vida de las personas.
¿Realmente
los Medios de Masas son libres y se articulan como una herramienta
socializadora y plural, o bien se encuentran bajo los dictámenes de los
partidos políticos, sus dirigentes o los empresarios?
La situación actual de los Medios de
Comunicación de Masas es realmente compleja, pues en ella intervienen no sólo
los propios medios, es decir, sus dirigentes y trabajadores así como sus
"consumidores", sino todo un conjunto diverso y variado de empresas
pertenecientes a otros sectores y que han encontrado en los medios una vía de
expansión económica. Pero para realizar el análisis debemos partir desde una
perspectiva histórica, que en absoluto pretende ser exhaustiva y metódica, pero
que puede que nos ayude a comprender el porqué de la coyuntura actual.
Concentración mediática en
Argentina.
En Argentina, Clarín pasó de ser una empresa monomedia en la
década de los '80 a constituirse en el grupo de capital nacional de mayor
influencia en la agenda pública, dominante en el mapa de medios.
En los '90 asumió una estrategia de diversificación multimedia
que le permitió expandirse a diferentes segmentos de la industria cultural,
ingresando también en áreas conexas como las telecomunicaciones. Así, se
convirtió en uno de los jugadores mejor posicionados en el negocio de la
convergencia.
Esta expansión tuvo una debilidad de origen: la lógica de
inversión especulativa lo llevó a un profundo endeudamiento. Su estrecha
vinculación al devenir económico del mercado interno, lo terminó exponiendo a
los vaivenes de la economía local, al sustentar su expansión en un pasivo tan
importante como sus activos.
La constitución de Clarín
como grupo se inició en 1995, cuando tomó la decisión estratégica de competir
con los grandes operadores internacionales que entraban al sector o vender y
subordinarse a alguno de ellos. […] Las expectativas de crecimiento ininterrumpido del grupo
fueron revirtiéndose a partir del estancamiento de la economía argentina, la
crisis financiera internacional, la explosión de la burbuja de las empresas de
internet y el desdibujamiento de los negocios a futuro de la convergencia.
Apareció así la fragilidad económica del grupo, que se radicalizó a partir de
la devaluación del peso.
[…] La estrategia del Grupo se basa en las negociaciones que
debe emprender en dos planos. Por un lado, presionar a los políticos que
gestionan el Estado para acordar su condición de supervivencia, y por otro, los
acuerdos que pueda lograr con los tenedores de deuda.
Fuente: “Concentración de los
medios de comunicación en Argentina: crisis y dependencia” Glenn Postolski -
Ana Santucho - Daniel Rodríguez* Publicado el 24/8/2007 http://www.iade.org.ar/modules/noticias/article.php?storyid=1926
Fuentes de financiación de los medios.
Las formas de que entre dinero a los medios de
comunicación para costear sus gastos y generar beneficios son muy diversas.
Algunas son:
Publicidad: la fuente mayoritaria en
muchos casos. Por ejemplo, los diarios gratuitos viven sobre todo de esta
fuente.
Dinero público de los impuestos que
pagamos: habitual en las cadenas de TV públicas.
Promociones: habitual en la prensa. la venta de películas, libros y
hasta vino con un periódico o una revista es otra forma de obtener ingresos.
Pago por emisión o ejemplar:
generalmente pagar un euro por un periódico genera ingresos, pero por ese
precio no puede obtener los suficientes para subsistir. Otro tipo de
publicaciones de mayor periodicidad y mayor precio son las televisiones de pago
(pay per view), que sí generan gran parte de sus beneficios gracias a esta
cuota y evitando así la dependiencia de publicidad o gran parte de ella.
Suscripciones: muy habitual en medios impresos, en medios digitales y
en las televisiones. Se trata de anticipar el pago de varios ejemplares o
emisiones.
¿Cómo influye la
financiación en los medios?
Probablemente, el sueño de todo medio de comunicación
sería tener una fuente de financiación estable, suficiente y que no influyera
en los contenidos que publica o emite. Sin embargo, cada vez parece más difícil
financiar un medio. Es complicado debido a que cada vez existen más medios de
comunicación que compiten por obtener una financiación que es limitada.
Esto provoca:
Concentración de medios. Existen muchos
medios de comunicación, sí, pero en manos de grandes empresas, con mayor
poderío económico, que emiten sus propias pautas editoriales, por lo que aunque
haya muchos medios hay poca pluralidad.
Se prioriza la función de márketing a la
informativa. Es algo poco conocido, por ejemplo, que al diseñar un
periódico lo primero que se dispone en la plantilla es la publicidad y después,
a su alrededor, se reparten las informaciones. Tampoco es conocido que está
prohibido por ley incluir anuncios durante un programa informativo, pero las
televisiones lo hacen constantemente. Por otro lado, generalmente se suelen
evitar informaciones negativas sobre empresas anunciantes para que estas no
retiren su publicidad del medio de comunicación. A su vez, se fomentan las
informaciones positivas sobre las empresas anunciantes.
Se prioriza la
función de entretenimiento a la informativa. Por ejemplo, en muchos
informativos televisivos se desechan noticias sobre conflictos o hambrunas y se
prefiere emitir información sobre hechos curiosos y anecdóticos. Está
comprobado que las segundas aumentan la audiencia y, por tanto, los ingresos.
Se prioriza la
función de creación de opinión a la informativa. Esto se hace para favorecer
los intereses de empresas y grupos políticos afines a la empresa informativa.
Preguntas que debe hacerse la Sociedad
Civil
A pesar de que es cierto que, actualmente, la gente tiene
mucho más acceso a fuentes de medios de comunicación alternativos, las redes de
medios comunicación institucionales continúan contando con una proporción
significativa de audiencias a lo largo del mundo. Esta realidad coloca una
cantidad de preguntas en la sociedad civil.
· ¿Es el actual ordenamiento de la
propiedad de los medios de comunicación el más óptimo? Si no lo es, ¿qué se
necesita hacer para lograr un nivel más parejo en el campo de la propiedad de
los medios de comunicación?
· ¿Cómo es el mapa de la propiedad de
los medios de comunicación en su ciudad?
· ¿Qué papel debe jugar el estado en
la determinación de la propiedad de los medios de comunicación?
· ¿Debe haber un espacio para la
sociedad civil para contribuir a lograr un nivel más parejo en este campo?
· ¿Qué se necesita hacer para
democratizar los IPR a nivel local?
· ¿Qué se necesita hacer para asegurar
el acceso a la información y comunicación y que su uso aprovechable sea una
realidad global y local?
· ¿Qué tipo de propiedad de los medios
de comunicación es necesario para lograr ambientes culturales accesibles a la
gente?
Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual- (ARGENTINA)
La Ley
26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual establece las pautas que rigen
el funcionamiento de los medios radiales y televisivos en la República
Argentina. Esta legislación fue promulgada el 10 de octubre de 2009 por la
presidenta Cristina Fernández de Kirchner y reemplazó a la Ley de Radiodifusión
22.285, que había sido promulgada en 1980 por la dictadura militar autodenominada
Proceso de Reorganización Nacional y se había mantenido vigente desde entonces.
Desde
la recuperación de la democracia el 10 de diciembre de 1983, existió un amplio
consenso sobre la necesidad de derogar la norma de la dictadura y sancionar una
nueva ley, en consonancia con las necesidades cívicas y participativas de la
democracia. Los presidentes Raúl Alfonsín en 1988 y Fernando de la Rúa en 2001,
presentaron sendos proyectos de ley, que no pudieron ser tratados, afectados
por fuertes presiones por parte de los intereses involucrados.2
En
agosto de 2009, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner envió un proyecto
de ley a la Cámara de Diputados para reemplazar la ley de radiodifusión, luego
de haber sido debatido por un año, en 24 foros que se desarrollaron en
distintos puntos del país, una propuesta de proyecto de ley basada en veintiún
puntos presentados por la Coalición por una Radiodifusión Democrática en 2004.
El
proyecto de ley presentado en la Cámara de Diputados de la Nación Argentina fue
aprobado por esta cámara, luego de que se le realizaran más de 100
modificaciones, adquiriendo de esta manera la media sanción. En la Cámara de
Senadores de la Nación fue aprobado por 44 votos a favor y 24 en contra.
Referencias.
Terán
Álvarez, “Educación, cultura y medios de
comunicación”. (2011)
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