5.1.
EL SÍMBOLO
La noción de símbolo es el elemento clave
de la filosofía de la cultura de Cassirer. En la antropología filosófica
distingue entre lo que llama señales y los símbolos [Cassirer 1975: 56 y ss]. Las
señales forman parte del mundo físico del ser. Son operadores que hacen
referencia a eventos físicos y la relación de la señal con lo señalado es una
relación estable. Dentro del mundo animal también tienen cabida este tipo de
señales, y el “lenguaje” de los animales superiores es un ejemplo de ello. Los
símbolos, por el contrario, forman parte del mundo humano del sentido. Son
designadores que tienen únicamente un valor funcional. No son rígidos e
inamovibles, sino que gozan de una cierta flexibilidad, aunque no son
arbitrarios. Y el significado de cada símbolo es intrínseco a sí mismo y no se
debe entender por referencia a otro objeto distinto de sí. (...)
Cassirer define el símbolo como «una
realidad material que indica otra cosa. Es algo sensible que se hace portador
de una significación universal, espiritual» [Cassirer 1972,1: 36]. Se trata de
«un contenido individual, sensible, que sin dejar de ser tal, adquiere el poder
de representar algo universalmente válido para la conciencia» [Cassirer 1972,1:
56] y así, en el símbolo se produce la «síntesis de mundo y espíritu» [Cassirer
1972,1: 57].
*Una bandera, es una representación simbólica
Las principales características del símbolo —o forma simbólica— son los siguientes:
Las principales características del símbolo —o forma simbólica— son los siguientes:
— Se ordena al conocimiento; es un órgano
del conocimiento, que no permite la separación entre el signo y su objeto. No
es sólo una construcción mental, sino una función dinámica o energía para la
formación de la realidad, y para la síntesis del yo y su mundo;
— No es un mero envoltorio o etiqueta
externa que se pone a una realidad objetivamente constituida de antemano, sino
que constituye a esa realidad en objeto, y entonces puede ser conocida;
— No nos pone ante los ojos algo que ya es,
y que existe tal cual lo percibimos más allá de nuestro conocer. El símbolo es
entendido como un instrumento para la creación del significado dentro del
ámbito de la experiencia;
— Tiene una función fijadora,
universalizadora: representa a un conjunto, y no sólo a un individuo;
— Solamente es significativo cuando ocupa
un lugar dentro de un sistema simbólico, pero no aisladamente;
— Es fruto de la actividad formalizadora
humana, que se despliega en diferentes direcciones, dando origen a diversos
modos de simbolización como son el lenguaje, el arte, el mito, etc.;
— Es particular, pero tiene al mismo tiempo
una dimensión universal: así, por ejemplo, una palabra escrita es esta serie
concreta de manchas de tinta sobre un papel y el significado universal del
término.
En resumen, la función simbólica —es decir,
la creación de símbolos— es una capacidad exclusiva y específica de la
conciencia humana que consiste en la transformación de un contenido individual
sensible de manera que, sin dejar de ser tal, adquiera el poder de representar
algo universalmente válido para la conciencia [Cassirer 1972,1: 56]. Cada forma
simbólica —la ciencia, el arte, el lenguaje, etc.— significa una nueva
revelación que brota del interior al exterior, una nueva “síntesis de mundo y
espíritu”.
*Luego de leer el texto realizar un mapa conceptual sobre el significado del término SÍMBOLO
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