1. Diseño de la entrevista
TP -TALLER DE PRODUCCION DE LENGUAJES
En la fase de preparación de la entrevista, se toman decisiones en relación con:
a) El guión de la entrevista que contiene los temas y subtemas que deben cubrirse, de acuerdo con los objetivos informativos de la investigación, pero no proporciona las formulaciones textuales de preguntas, ni sugiere las opciones de respuestas. Más bien se trata de un esquema de puntos a tratar, pero que no se considera cerrado y cuyo orden no tiene que seguirse necesariamente. Interesa recoger el flujo de información particular de cada entrevistado, además de captar aspectos no previstos en el guión
b) La selección de las personas a ser entrevistadas, nos lleva a preguntarnos ¿a quiénes?, ¿a cuántos?, y ¿cuántas veces? Gorden, propone cuatro preguntas criterio básicas que deben responderse en la selección de entrevistados:
Quiénes tienen la información relevante para el tema a investigar
Quiénes son más accesibles física y socialmente
Quiénes están más dispuestos a informar sobre el tema a investigar
Quiénes pueden comunicar la información con precisión.
c) La elección del tiempo y lugar más apropiado para la entrevista, son condiciones de producción que pueden afectar tanto positiva como negativamente a la obtención de información. Por lo tanto conviene considerarlos como preparativos básicos en los que la negociación con el entrevistado resulta ineludible. Más aún es recomendable atender las preferencias del entrevistado, siempre y cuando unas mínimas condiciones de privacidad y tranquilidad se den en cuanto al lugar y momento de la entrevista.
En las entrevistas en profundidad las tareas de contacto y presentación adquieren especial relevancia debido a la mayor duración de estos encuentros. También por el tipo de información que se pretende recabar, más personal e incluso íntima, requiere un mayor detenimiento y cuidado en las formas sociales de presentación entre extraños.
d) Sobre los medios de registro, a través de notas o se puede prever grabar la entrevista a no ser que el entrevistado muestre disconformidad.
a) El guión de la entrevista que contiene los temas y subtemas que deben cubrirse, de acuerdo con los objetivos informativos de la investigación, pero no proporciona las formulaciones textuales de preguntas, ni sugiere las opciones de respuestas. Más bien se trata de un esquema de puntos a tratar, pero que no se considera cerrado y cuyo orden no tiene que seguirse necesariamente. Interesa recoger el flujo de información particular de cada entrevistado, además de captar aspectos no previstos en el guión
b) La selección de las personas a ser entrevistadas, nos lleva a preguntarnos ¿a quiénes?, ¿a cuántos?, y ¿cuántas veces? Gorden, propone cuatro preguntas criterio básicas que deben responderse en la selección de entrevistados:
Quiénes tienen la información relevante para el tema a investigar
Quiénes son más accesibles física y socialmente
Quiénes están más dispuestos a informar sobre el tema a investigar
Quiénes pueden comunicar la información con precisión.
c) La elección del tiempo y lugar más apropiado para la entrevista, son condiciones de producción que pueden afectar tanto positiva como negativamente a la obtención de información. Por lo tanto conviene considerarlos como preparativos básicos en los que la negociación con el entrevistado resulta ineludible. Más aún es recomendable atender las preferencias del entrevistado, siempre y cuando unas mínimas condiciones de privacidad y tranquilidad se den en cuanto al lugar y momento de la entrevista.
En las entrevistas en profundidad las tareas de contacto y presentación adquieren especial relevancia debido a la mayor duración de estos encuentros. También por el tipo de información que se pretende recabar, más personal e incluso íntima, requiere un mayor detenimiento y cuidado en las formas sociales de presentación entre extraños.
d) Sobre los medios de registro, a través de notas o se puede prever grabar la entrevista a no ser que el entrevistado muestre disconformidad.
2. Entrevista propiamente dicha
Durante la realización de cualquier entrevista, el proceso comunicativo entrevistador-entrevistado, en torno a una serie de temas o cuestiones, presenta un ciclo de actividad repetida. Este ciclo se inicia con la primera intervención del entrevistador, haciendo saber al entrevistado la clase de información que necesita (comunicación verbal) pero transmitiendo también mensajes no verbales. Hay una emisión de motivación del grado o signo que sea, hacia el entrevistado. Este interpreta lo que se le pide o pregunta y responde con una información que le parece relevante (pero también filtrada por su capacidad y voluntad de transmitirla).
Hargié y Marshall en 1986 desarrollan un modelo llamado de “comunicación” o interacción personal” en el que se pretende dar cuenta de los “principales procesos inherentes en la interacción diádica entrevistador-entrevistado” (motivación, factores mediadores, respuestas, feedback y percepción) todos ellos procesos operativos de cualquier entrevista. Un ejemplo de cómo se pone en juego uno de los elementos de la interacción puede ser el caso en que el entrevistador no transmite interés y confianza puede que esto bloquee o impida la transmisión de información por parte del entrevistado.
El modelo se completa con dos elementos importantes en la interacción social: los factores personales (características físicas y sociodemográficas) y los factores situacionales (no solo los relativos al ambiente físico, también pautas o prácticas habituales de actuación en cada situación o escenario)
Acerca de estos procesos operativos de la entrevista Ruiz, Olabuemaga sugiere que en los primeros momentos de la entrevista se desarrollen comentarios y preguntas de carácter general y abierto. Una pregunta abierta suele ser la manera más propicia para inciar la entrevista sin violencia y con un ambiente de intercambio espontáneo de información. También propone que eviten las preguntas cerradas que sólo admiten respuestas del tipo “sí” ó “no”. Las preguntas cerradas quedan reservadas para sólo los momentos finales de la conversación o para concretar datos ya mencionados y suficientemente explorados.
El uso de preguntas abiertas no debe confundirse con formular preguntas confusas o ambiguas que pueden desorientar al entrevistado. La pregunta abierta debe por el contrario ser tan explícita y amplia como para que el entrevistado sea consciente al mismo tiempo qué es lo que se pregunta.
Tan peligroso como el vicio de las preguntas confusas y ambiguas es el de preguntas sesgadas, que insinúan al entrevistado el tipo y orientación de respuesta que parece agradar o desagradar al entrevistador.
Las preguntas iniciales abiertas deben huir de cualquier apariencia de choque o enfrentamiento aunque este sea de carácter informativo como quien busca desde el comienzo la obtención de una respuesta noticia comentario bomba.
Se inicia la entrevista con un carácter más general para luego ir estrechando, concretando, aclarando y minimizando, desciendo a detalles y datos singulares a modo de conversación embudo que parte:
De los más amplio a lo más pequeño
De lo más superficial a lo más profundo
De lo más impersonal a lo más interpretativo
De los datos a la interpretación de los mismos.
3. El entrevistador
Es importante cierta flexibilidad en su personalidad, para poder captar los objetivos de la entrevista, evaluar críticamente la información que recibe e indagar en busca de mayor claridad y exhaustividad en las respuestas. La carencia de flexibilidad está presente tanto en aquellos entrevistadores que tienden a dominar la situación (evitando los silencios y dirigiendo en exceso al entrevistado) como en aquellos otros que adoptan un rol extremadamente pasivo.
Se requiere del entrevistador cierta sensibilidad para captar los mensajes verbales y no verbales del entrevistado, para seleccionar los mensajes de contenido más significativo, y para indagar temas o puntos que han quedado bloqueados por alguna razón.
Los bloqueos en el entrevistado pueden ser expresados verbalmente como a través del lenguaje corporal. El silencio en el entrevistado no significa que no tenga más cosas que decir o que se resista a continuar, por lo tanto es necesaria cierta espera por parte del entrevistador hasta que este silencio no se convierta en una tensión embarazosa.
Es necesario que el entrevistador desarrolle una escucha activa, él o ella deben escuchar lo que se dice para ver cómo se relaciona con el tema de investigación y cómo puede reflejar las circunstancias de la entrevista. Mientras que el objetivo debe ser minimizar la influencia del investigador en lo que el entrevistado dice, siempre es necesario alguna estructuración para determinar qué es o no relevante.
A su vez el entrevistador puede pedir aclaraciones pero no formular críticas, puede expresar una duda ante lo expresado por el entrevistado pero poner en duda su veracidad.
4. Registro de entrevista
Tomar notas durante la entrevista puede que haga perder la atención del entrevistador o generar un distanciamiento con el entrevistado perdiendo intimidad y rompiendo el ritmo de la conversación fluída y cómoda.
El registro de notas puede generar en el entrevistador la tensión entre asegurar la fiabilidad intentando copiar literalmente lo que oye y la validez de una conversación en la que se rompe la interacción.
En algunas personas se observa que si el entrevistador toma notas pierden espontaneidad. Esto también ocurre con la grabación magnetofónica. Si el entrevistador decide grabar la entrevista se lo debe comunicar al entrevistado para que éste brinde su consentimiento.
Durante la realización de cualquier entrevista, el proceso comunicativo entrevistador-entrevistado, en torno a una serie de temas o cuestiones, presenta un ciclo de actividad repetida. Este ciclo se inicia con la primera intervención del entrevistador, haciendo saber al entrevistado la clase de información que necesita (comunicación verbal) pero transmitiendo también mensajes no verbales. Hay una emisión de motivación del grado o signo que sea, hacia el entrevistado. Este interpreta lo que se le pide o pregunta y responde con una información que le parece relevante (pero también filtrada por su capacidad y voluntad de transmitirla).
Hargié y Marshall en 1986 desarrollan un modelo llamado de “comunicación” o interacción personal” en el que se pretende dar cuenta de los “principales procesos inherentes en la interacción diádica entrevistador-entrevistado” (motivación, factores mediadores, respuestas, feedback y percepción) todos ellos procesos operativos de cualquier entrevista. Un ejemplo de cómo se pone en juego uno de los elementos de la interacción puede ser el caso en que el entrevistador no transmite interés y confianza puede que esto bloquee o impida la transmisión de información por parte del entrevistado.
El modelo se completa con dos elementos importantes en la interacción social: los factores personales (características físicas y sociodemográficas) y los factores situacionales (no solo los relativos al ambiente físico, también pautas o prácticas habituales de actuación en cada situación o escenario)
Acerca de estos procesos operativos de la entrevista Ruiz, Olabuemaga sugiere que en los primeros momentos de la entrevista se desarrollen comentarios y preguntas de carácter general y abierto. Una pregunta abierta suele ser la manera más propicia para inciar la entrevista sin violencia y con un ambiente de intercambio espontáneo de información. También propone que eviten las preguntas cerradas que sólo admiten respuestas del tipo “sí” ó “no”. Las preguntas cerradas quedan reservadas para sólo los momentos finales de la conversación o para concretar datos ya mencionados y suficientemente explorados.
El uso de preguntas abiertas no debe confundirse con formular preguntas confusas o ambiguas que pueden desorientar al entrevistado. La pregunta abierta debe por el contrario ser tan explícita y amplia como para que el entrevistado sea consciente al mismo tiempo qué es lo que se pregunta.
Tan peligroso como el vicio de las preguntas confusas y ambiguas es el de preguntas sesgadas, que insinúan al entrevistado el tipo y orientación de respuesta que parece agradar o desagradar al entrevistador.
Las preguntas iniciales abiertas deben huir de cualquier apariencia de choque o enfrentamiento aunque este sea de carácter informativo como quien busca desde el comienzo la obtención de una respuesta noticia comentario bomba.
Se inicia la entrevista con un carácter más general para luego ir estrechando, concretando, aclarando y minimizando, desciendo a detalles y datos singulares a modo de conversación embudo que parte:
De los más amplio a lo más pequeño
De lo más superficial a lo más profundo
De lo más impersonal a lo más interpretativo
De los datos a la interpretación de los mismos.
3. El entrevistador
Es importante cierta flexibilidad en su personalidad, para poder captar los objetivos de la entrevista, evaluar críticamente la información que recibe e indagar en busca de mayor claridad y exhaustividad en las respuestas. La carencia de flexibilidad está presente tanto en aquellos entrevistadores que tienden a dominar la situación (evitando los silencios y dirigiendo en exceso al entrevistado) como en aquellos otros que adoptan un rol extremadamente pasivo.
Se requiere del entrevistador cierta sensibilidad para captar los mensajes verbales y no verbales del entrevistado, para seleccionar los mensajes de contenido más significativo, y para indagar temas o puntos que han quedado bloqueados por alguna razón.
Los bloqueos en el entrevistado pueden ser expresados verbalmente como a través del lenguaje corporal. El silencio en el entrevistado no significa que no tenga más cosas que decir o que se resista a continuar, por lo tanto es necesaria cierta espera por parte del entrevistador hasta que este silencio no se convierta en una tensión embarazosa.
Es necesario que el entrevistador desarrolle una escucha activa, él o ella deben escuchar lo que se dice para ver cómo se relaciona con el tema de investigación y cómo puede reflejar las circunstancias de la entrevista. Mientras que el objetivo debe ser minimizar la influencia del investigador en lo que el entrevistado dice, siempre es necesario alguna estructuración para determinar qué es o no relevante.
A su vez el entrevistador puede pedir aclaraciones pero no formular críticas, puede expresar una duda ante lo expresado por el entrevistado pero poner en duda su veracidad.
4. Registro de entrevista
Tomar notas durante la entrevista puede que haga perder la atención del entrevistador o generar un distanciamiento con el entrevistado perdiendo intimidad y rompiendo el ritmo de la conversación fluída y cómoda.
El registro de notas puede generar en el entrevistador la tensión entre asegurar la fiabilidad intentando copiar literalmente lo que oye y la validez de una conversación en la que se rompe la interacción.
En algunas personas se observa que si el entrevistador toma notas pierden espontaneidad. Esto también ocurre con la grabación magnetofónica. Si el entrevistador decide grabar la entrevista se lo debe comunicar al entrevistado para que éste brinde su consentimiento.
Cuestionario:
1- Mencione cuales son los “momentos de la entrevista”. Realice una breve síntesis de cada uno.
2- En la fase de “diseño de la entrevista” (punto 1), ¿Qué cuestiones deben tenerse en cuenta?
3- Realice finalmente un mapa conceptual de resumen de todo lo planteado en el artículo
Bibliografía
Valles, Miguel. 1997. Técnicas cualitativas de investigación social. Reflexión metodológica y práctica profesional. Editorial Síntesis, Madrid,.Cap. 6 Técnicas de conversación, narración 1: Las entrevistas en profundidad.
Ruiz Olabuénaga, José, 1990. .La entrevista. Cap6.Universidad de Desusto, Bilbao.
Hammersley, M. Atkinson.P, 1994. Etnografía. Editoral biblos. Buenos Aires.
1- Mencione cuales son los “momentos de la entrevista”. Realice una breve síntesis de cada uno.
2- En la fase de “diseño de la entrevista” (punto 1), ¿Qué cuestiones deben tenerse en cuenta?
3- Realice finalmente un mapa conceptual de resumen de todo lo planteado en el artículo
Bibliografía
Valles, Miguel. 1997. Técnicas cualitativas de investigación social. Reflexión metodológica y práctica profesional. Editorial Síntesis, Madrid,.Cap. 6 Técnicas de conversación, narración 1: Las entrevistas en profundidad.
Ruiz Olabuénaga, José, 1990. .La entrevista. Cap6.Universidad de Desusto, Bilbao.
Hammersley, M. Atkinson.P, 1994. Etnografía. Editoral biblos. Buenos Aires.
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