EL ECOSISTEMA COMUNICATIVO
La comunicación es un principio constitutivo de la actitud humana, una red de interacciones y relaciones simbólicas que afecta a los múltiples comportamientos que se dan en la vida institucional y cotidiana.
Por ello diariamente convivimos inmersos en el fenómeno comunicacional de manera casi permanente, sea cual sea el espacio que en algún momento ocupemos.
En el hogar, en la escuela, en los centros comerciales, en las oficinas, en las fábricas, en los espacios de ocio, en el espacio público, a nivel personal, a nivel local, a nivel regional y a nivel global estamos rodeados de comunicación.
Las fronteras entre saber e información, saber experto y experiencia personal se van volviendo más tenues, más difusas, todos vivimos en medio del mismo ecosistema de comunicación y en él las fuentes del conocimiento se han salido de su centro escolar, se han descentrado, y no solo en las entidades educativas es posible aprender y no solamente la cultura del libro es la única legítima transmisora de conocimientos.
El saber circula, no se estaciona en ningún instituto especialmente dedicado a su protección, sino que se atreve a mezclarse con el mundo de la experiencia. Nunca en la historia de la humanidad ha circulado tan libremente el conocimiento como en nuestro tiempo, ya no se encuentra encerrado en lugares sagrados o establecidos para su acceso. Ni la escuela es ya el único lugar del conocimiento ni los docentes los exclusivos poseedores del saber.
Existe aquí un problema ya que la escuela, antes el centro exclusivo del conocimiento, y la familia como transmisora de valores y socialización, hoy deben competir en ese aspecto con el centro neurálgico del Ecosistema Comunicativo que son los medios de comunicación, y sobre todo, la escuela debe dejar esa actitud inicial defensiva de considerarse atacada por el ecosistema, de rechazar a los medios y las tecnologías como malos, para encarar una nueva etapa de búsqueda de inclusión e intercambio con esos otros saberes que ya no son solo de la escuela sino que son parte del intercambio fluido de la comunicación en nuestra sociedad.
Otro factor de cambio de las nuevas sensibilidades que genera el Ecosistema Comunicativo es que así como la escuela ha dejado de ser el exclusivo espacio del saber, la escritura y el discurso lógico ha dejado de ser la forma de comunicación más aceptada en Occidente, la razón ya no es solamente el factor central de nuestras formas de comunicación, con la aparición estelar del mundo de los sonidos y las imágenes las palabras han comenzado a retroceder y la racionalidad comparte con la emoción y la expresión las facultades comunicativas.
Pero el encuentro y el entrelazamiento de palabras e imágenes en la comunicación de nuestro tiempo en base a este Ecosistema Comunicativo, no solamente ha multiplicado y hecha mas densa la red de informaciones y comunicaciones en base a la tecnología sino que ha modificado las formas de sentir y entender el mundo, ha modificado las formas y el fondo, ha transformado las visiones y las sensibilidades. Estamos frente a lo que Walter Benjamin llamó sensorium nuevo, es decir nuevos modos de sentir y percibir la realidad, de oír y de ver nuestro alrededor, que ha modificado el sensorium con el cual la humanidad se manejó durante el siglo pasado.
TP N° – EL ECOSISTEMA COMUNICATIVO.
La comunicación es un principio constitutivo de la actitud humana, una red de interacciones y relaciones simbólicas que afecta a los múltiples comportamientos que se dan en la vida institucional y cotidiana.
Por ello diariamente convivimos inmersos en el fenómeno comunicacional de manera casi permanente, sea cual sea el espacio que en algún momento ocupemos.
Vivimos
en medio de un Ecosistema Comunicativo, es decir,
en un ambiente atravesado por la comunicación, en donde
la tecnología ocupa un lugar principal y articula todas las
relaciones entre comunicación y cultura.
Un
ecosistema es una comunidad de seres vivos
cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y
se desarrollan en torno a un mismo ambiente. Por ello el
concepto de ecosistema comunicativo nos lleva a considerar
que nuestra vida toda y nuestras relaciones se
cumplen en función de un entorno en el que la comunicación
(y sus manifestaciones tecnológicas) están presentes como
ambiente natural.
En el hogar, en la escuela, en los centros comerciales, en las oficinas, en las fábricas, en los espacios de ocio, en el espacio público, a nivel personal, a nivel local, a nivel regional y a nivel global estamos rodeados de comunicación.
Entender
la comunicación como ambiente natural es
comprender que nos rodea y atraviesa sin que nuestra voluntad
participe de ello, que nos comunicamos más allá de nuestros
deseos, y que las formas y las herramientas
comunicativas están allí más allá de nuestros deseos.
Este Ecosistema Comunicativo cuenta
actualmente con la clara hegemonía de la comunicación
visual (comunicación icónica) por sobre
la comunicación tipográfica (comunicación escrita);
porque nuestras experiencias hoy se ligan claramente más a
una imagen que a una palabra.
La
existencia de este Ecosistema Comunicativo hace
que debamos concebir la vida cotidiana, aquella que
realizamos diariamente ya sea como individuos o como parte de
una sociedad, integrando una cultura comunicacional.
La
comunicación es importante no solo para la
relación social, cultural, política o económica, sino también
en los ámbitos sanitarios, de defensa, de investigación y
educativos; todos estos espacios se encuentran
organizados en torno a las problemáticas de la
comunicación y las técnicas que las sustentan.
Por eso reflexionar sobre el fenómeno de la comunicación es tan esencial.
Como manifiesta el catedrático español Manuel Castells, "lo
que está cambiando en nuestro tiempo es la
capacidad de utilizar productivamente en base al avance
tecnológico lo que siempre ha sido la cualidad distintiva
del ser humano: el procesar símbolos".
Procesar
símbolos es lo que hace cualquier ser humano
cuando habla, cuando piensa, cuando escribe, cuando
diseña, cuando mira televisión y en casi todas sus actividades
cotidianas, vivimos procesando símbolos.
Lo
que sucede en el siglo XXI es que esa
capacidad de procesar símbolos ha sido potenciada de
modo exponencial por la tecnología y aplicada a la
generación de riqueza a partir del uso de las
comunicaciones a distancia o de los aparatos
cibernéticos. Así por medio del procesamiento de información
(símbolos) se hacen transacciones comerciales, se
producen bienes destinados al ocio y el
entretenimiento, se robotizan las fábricas, se
interrelaciona todo el planeta.
Por
esta razón es que la tecnología de la
Comunicación actualmente deja de ser un mero instrumento para
convertirse en una nueva forma de percepción y de lenguaje,
producto de nuevas sensibilidades, nuevas
escrituras.
Las fronteras entre saber e información, saber experto y experiencia personal se van volviendo más tenues, más difusas, todos vivimos en medio del mismo ecosistema de comunicación y en él las fuentes del conocimiento se han salido de su centro escolar, se han descentrado, y no solo en las entidades educativas es posible aprender y no solamente la cultura del libro es la única legítima transmisora de conocimientos.
El saber circula, no se estaciona en ningún instituto especialmente dedicado a su protección, sino que se atreve a mezclarse con el mundo de la experiencia. Nunca en la historia de la humanidad ha circulado tan libremente el conocimiento como en nuestro tiempo, ya no se encuentra encerrado en lugares sagrados o establecidos para su acceso. Ni la escuela es ya el único lugar del conocimiento ni los docentes los exclusivos poseedores del saber.
En
el siglo pasado la comunicación, entendida
como transmisión de valores y de símbolos para
dar forma a un modo de vivir, tenía clara referencia en la
familia y en la escuela; en nuestro siglo se ha insertado
un poderoso tercer protagonista: los medios de
comunicación.
Existe aquí un problema ya que la escuela, antes el centro exclusivo del conocimiento, y la familia como transmisora de valores y socialización, hoy deben competir en ese aspecto con el centro neurálgico del Ecosistema Comunicativo que son los medios de comunicación, y sobre todo, la escuela debe dejar esa actitud inicial defensiva de considerarse atacada por el ecosistema, de rechazar a los medios y las tecnologías como malos, para encarar una nueva etapa de búsqueda de inclusión e intercambio con esos otros saberes que ya no son solo de la escuela sino que son parte del intercambio fluido de la comunicación en nuestra sociedad.
Otro factor de cambio de las nuevas sensibilidades que genera el Ecosistema Comunicativo es que así como la escuela ha dejado de ser el exclusivo espacio del saber, la escritura y el discurso lógico ha dejado de ser la forma de comunicación más aceptada en Occidente, la razón ya no es solamente el factor central de nuestras formas de comunicación, con la aparición estelar del mundo de los sonidos y las imágenes las palabras han comenzado a retroceder y la racionalidad comparte con la emoción y la expresión las facultades comunicativas.
Pero el encuentro y el entrelazamiento de palabras e imágenes en la comunicación de nuestro tiempo en base a este Ecosistema Comunicativo, no solamente ha multiplicado y hecha mas densa la red de informaciones y comunicaciones en base a la tecnología sino que ha modificado las formas de sentir y entender el mundo, ha modificado las formas y el fondo, ha transformado las visiones y las sensibilidades. Estamos frente a lo que Walter Benjamin llamó sensorium nuevo, es decir nuevos modos de sentir y percibir la realidad, de oír y de ver nuestro alrededor, que ha modificado el sensorium con el cual la humanidad se manejó durante el siglo pasado.
TP N° – EL ECOSISTEMA COMUNICATIVO.
1- ¿A qué llaman algunos autores el "ecosistema comunicativo"?
2- ¿Qué dice Manuel Castells sobre la comunicación actual?
3- ¿Qué pasa en el siglo XXI con la capacidad de procesar símbolos?
4- ¿Cómo circula el saber en la sociedad actual?
5- ¿Qué pasó con las formas de entender el mundo y qué es el "sensorium nuevo"?
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